
Cremas corporales
Girasol | cártamo | sésamo | jojoba | oliva | vitaminas A y E.
Elaborado con aceites naturales.
Lleva tu perfume favorito en una crema que hidrata y protege dejando la piel suave, radiante y con un delicado aroma.
Perfecto para uso diario y apto para todo tipo de piel.
Unforgettable scents for unforgettable souls.
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Energía Sinérgica
$48.000 – $90.000Price range: $48.000 through $90.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Silencio de Luz
$47.000 – $90.000Price range: $47.000 through $90.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Amor Tímido
$38.000 – $68.000Price range: $38.000 through $68.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Especias Cálidas
$49.000 – $94.000Price range: $49.000 through $94.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page
Best products
Our most elegant and sought-after scent selection
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Todo por Él
$38.000 – $67.000Price range: $38.000 through $67.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Energía Sinérgica Cream
$48.000 – $90.000Price range: $48.000 through $90.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Silencio de Luz
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Especias Cálidas Cream
$49.000 – $94.000Price range: $49.000 through $94.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Energía Extática Cream
$39.000 – $68.000Price range: $39.000 through $68.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Tarantos
$48.000 – $93.000Price range: $48.000 through $93.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Especias Cálidas
$49.000 – $94.000Price range: $49.000 through $94.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page -
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Opio Negro
$51.000 – $101.000Price range: $51.000 through $101.000 Select options This product has multiple variants. The options may be chosen on the product page







Parfum De VeloursBorn in Colombia Made for the world
More than perfume, A legacy wrapped in scent
Parfum de Velours began with the vision of Santiago Guzman Botero, a dreamer from Medellín with a deep passion for scent, memory, and identity. Fascinated by how fragrance could evoke emotion, tell a story, and leave a trace without a word, Santiago set out to craft something different—perfume not just worn, but felt.
Handcrafted in Colombia, each bottle is a tribute to the richness of the land and the bold spirit of its people. From the softness of velvet to the power of presence, our scents blend rare botanicals, textured layers, and meticulous detail—reflecting Santiago’s pursuit of something truly personal.







Formulated with a high concentration of vegetable oils (sunflower, safflower, sesame, jojoba, and olive) and enriched with vitamins A and E, it penetrates deeply to restore elasticity, protect the skin barrier, and deliver long-lasting silky smoothness.
Its rich texture melts into the skin, offering comforting touch and enduring moisture. Yet what truly sets it apart is its unforgettable fragrance: elegant, warm, and timeless. Our most sincere gesture of affection, accompanying you subtly throughout the day.
Our invitation to slow down, breathe deeply, and reconnect with yourself.
We strive to nourish both body and soul.
Ritual de terciopeloUna experiencia sensorial
Each of our perfumes is crafted as a tribute to beauty, memory, and identity.
We use only the finest ingredients, including the precious Philae oil, sourced directly from Egypt, known for its deep, warm, and enchanting character.
Our compositions are built to linger—not only on the skin, but in the memory.
Each note is carefully selected to evoke emotion, presence, and elegance.
From the very first spray, the fragrance becomes a part of you: bold or subtle, comforting or magnetic—always unforgettable.
More than a scent, it's an experience.
An intimate ritual, a signature that whispers who you are before you even speak.
El ascensor marcaba el piso tres todos los días a las 5:45 de la mañana.
A esa hora llegaba ella.
Aunque trabajaba en casas de familia siempre llegaba en tacones, con minifalda y un bolso de jean donde guardaba una sonrisa que no pedía permiso para entrar; y quedarse.
Nadie sabía mucho de ella.
Que cuidaba una niña en el 304.
Que fumaba en su hora del almuerzo.
Y que olía delicioso, como un postre recién hecho.
No era un olor empalagoso.
Era algo que se quedaba en la punta de la nariz; en la ropa; en los pasillos y en los pensamientos.
Caramelo derretido, un toque de vainilla tibia, flores de azahar…
Dulce, como el primer beso, inexperto, inolvidable.
Ella decía poco, pero miraba mucho.
Te leía entero y sin prisa, como quien entiende lo roto y no lo quiere arreglar.
Era una mirada que desmoronaba voluntades.
Un medio día se sentaba en las escaleras a fumar.
Y todos, sin quererlo, pasaban más lento por ahí.
Para verla.
Para olerla.
Construyendo un recuerdo de ella.
Con un suspiro.
Un día no llego.
El edificio parecía menos dulce.
Los vecinos dijeron que consiguió otro trabajo.
Yo no se mas de ella.
Pero no la olvido.
Como olvidar esa sensación rara de querer decirle algo
y no atreverse.
Fragancia inspirada en Love, Don't Be Shy.
Un paraíso vivo, una experiencia única para almas inolvidables.
Juan…
Hola.
Buenas noches.
Perdón, no quería molestar.
Solo quería decirte que te extraño.
Sí, eso.
Buenas noches.
No sé por qué te escribo si no vas a leer.
Oh sí.
Pero igual no vas a responder.
Todo sigue oliendo a vos.
Los muebles, las sábanas, la entrada.
La chaqueta que dejaste.
No la muevo.
No puedo.
Huele a ti, a lo que fuimos.
Cedro.
Huele a ti.
A tu espalda.
Como amaba tu olor al final del día.
Sándalo, violeta.
Huele a tus besos, iris.
Tus ojos y tus manos.
Un papiro.
A tu cuello.
Un cansancio.
Cuero.
Huele a las maletas en las que te llevaste mi vida.
A tu voz.
Ámbar.
No sé qué hacer con esto.
Mi duelo.
Te extraño.
Y respiro.
Inspirado en Le Labo Santal 33: icónico y evocador. Nacido para las almas que buscan la eternidad.
En la costa donde yo vivía cuando era niño, donde el mar parecía hablar en voz baja, existía un faro que ya no guiaba barcos, un lugar ajeno y abandonado. Quedaba entre una montaña y la playa y no tenia dueños, no legítimos. Ahí vivía ahí un anciano, feo y deshilachado.
Analfabeta seguramente; decía que cada persona dejaba un rastro invisible al caminar, que era como un eco secreto; debiste verlo; era un loco completo, tenia la lengua de mil colores y en las barbas blancas llevaba trozos de flores y rastros de aceites.
En las mañanas frías, el viento traía un resplandor fresco: la claridad amarga del pomelo, el verde del petitgrain y la chispa ligera de la bergamota.
—Hoy la tierra despertó contenta, decía el viejo anciano para si mismo.
Al mediodía, mientras trabajaba en sus ungüentos, juraba sentir la fuerza de la nuez moscada y la dulzura tímida del azahar. Pensaba que eran los suspiros de la montaña, recordándole que no estaba solo.
Pero era al caer la noche cuando el anciano se volvía más extraño, corría en la playa y le lanzaba cosas a la gente, muchos decían que incluso lo vieron correr desnudo y sumergirse en lo profundo del océano durante horas.
Cuando el amanecer le devolvía su conciencia, el aire denso de las montañas lo envolvía con un manto de almizcle, raíces de vetiver, madera de cedro y un resplandor de ámbar que parecía despertar las flores del campo y dar vida al amanecer. Entonces cerraba los ojos y escuchaba, convencido de que su gran amor exhalaba a través de él.
Inspirado en Le Labo Bergamote 22: radiante y atemporal: una danza luminosa de cítricos y maderas, creada para lucir la virtud.
Tuve un amigo que salió una tarde a tomar y nunca volvió.
A veces cierro los ojos y creo que lo veo, echando humo y luz, caminando por todas partes con la misma chaqueta que usaba todos los días, dejando un aroma que no puedo tocar, pero se siente como un abrazo, como que camina junto a mí.
Me recuerda que algunas ausencias son para siempre.
Inspired by Louis Vuitton Ombre Nomade: Crafted for souls who leave their mark in the shadows.
Él no hace nada.
Eso es lo peor.
Se pasea por la casa como si nada.
Dejando un rastro de culpa.
Como si no supiera.
Como si no le importe.
Ayer nos busco, nos sentamos en la mesa y dijo:
“¿Ustedes no sienten que la vida cambia todos los días? la ciudad, las personas, hasta el amor se transforma…”
Se reía.
Esa risa sin dientes.
Esa carcajada inmunda que muere el aire,
que no suelta nada más que malicia.
Es un hombre opuesto.
A pesar de su edad.
Huele bien.
Siempre.
Lo único que le pertenece.
A veces llega antes que él.
Un olor suave, pero imponente.
Sándalo, cedro, cardamomo.
Como si quisiera dar un aviso.
Hermoso.
Insoportable.
Nos servía vino.
Con una ternura que daba miedo.
Hacia pausas y daba grandes suspiros.
Pero nada paso.
Nos quería cerca.
Nos queríamos juntos.
Amelia no siente nada.
Yo tampoco.
Nos amamos en silencio.
Nos decimos mentiras que se han vuelto costumbres.
Por última.
Por inercia.
Y él sigue ahí.
Con ese olor a violeta y cuero fino.
Perfumando la casa justo antes de entrar.
Iris, papiro y ámbar dulce.
No le decimos.
No lo enfrentamos.
Es como si su aroma hiciera falta.
Es como si él fuera ese pedazo que nos une.
Inspirado en Hawas for Him: audaz, magnético e innegablemente seguro.
Al día de hoy no podría decirte cuantos años tenia. Algunos dicen que ya era vieja cuando el barrio era joven. Otros que el tiempo se le quedó estancado entre las arrugas del corazón desde que se le murió el marido, pobre, una tarde en diciembre en la que el sol quemaba como nunca. Lo cierto era que estaba ahí desde siempre. Como el árbol de mango en la esquina del parque que solo cambia de pintura.
Vivía en la casa de rejas verdes, justo frente al parque. Su voz se escuchaba antes que sus pasos, y su risa, aguda y desfachatada, solía colarse por las ventanas como la brisa caliente de la tarde. Los vecinos la querían, aunque también la evitaban a veces. Su carácter era fuerte, seco a ratos, pero justo. Como quien aprendió a defenderse temprano en la vida y ya no tenia fe ni dueño.
Tenía un don o eso decían. Bastaba con pasar a su sala, sentarse en el sofá deshilachado y aceptar un tinto. A los pocos sorbos, el corazón empezaba a desahogarse solo. No preguntaba mucho, pero sabía escuchar. Y mientras uno decía todo eso que solo su juicio podría tolerar, el ambiente se llenaba de un olor dulce y terroso, era húmedo, fresco, como si la casa misma respiraba flores bajo la lluvia: rosa turca, rosa búlgara, bergamota… y algo más, que quedaba flotando después, como un abrazo que uno se niega a soltar.
—Eso no es perfume —decía Don Ernesto, el de la tienda—, eso es brujería.
El día que María se fue, el barrio quedó en silencio. No hubo llantos, ni gritos, ni drama.
El día de su velorio entraron varios a su casa. Alguien lloró. Alguien más se sirvió un tinto, alguien otro, como en ritual. Nadie se atrevió a mover nada. Ni a abrir la ventana. El aroma seguía ahí. Sutil, persistente, igual que ella: vainilla, ámbar… y también una nota. “No se preocupen, les dejé café hecho”.
Inspirado en Atomic Rose: intenso y magnético: un fuego floreciente de rosas y misterio, hecho para almas indómitas.
En el turno de la noche dejamos la ventana entreabierta.
Dicen que es costumbre.
Pero todos sabemos que es por ella.
Ella llega sonriendo con un turbante color blanco y una bolsa de dulces que compartía con los niños de oncología.
Tenia los ojos cansados pero vivos.
La voz suave pero firme.
Voluntad.
Y un perfume…
Dios… ese perfume.
Era como un abrazo envuelto en flores blancas.
Magnolia, narciso, sándalo.
Sonreía con una ternura insoportable.
Tenía un hijo y prometió no dejarlo solo.
No tenia corazón para eso.
A veces en los pasillos se siente un escalofrío.
Basta con levantar la cabeza e inhalar.
Y la sientes.
Naranja, jazmín, vainilla.
No es ilusión.
No es superstición.
Es ella.
Rosa búlgara, ámbar gris.
No se fue del todo.
Cuando se es tan dulce,
tan honesto;
cuando se tiene tanto amor.
No se muere.
Inspirado en Love in White, Creed: Lo que no se ve, perdura. Igual que esta fragancia.
En San Jerónimo había un reloj de torre que nunca marcaba la hora correcta: el reloj era un pasaje, un portal mágico a otro universo.
Cada campanada a deshora tenia un propisto, marcaba algo mas grande con sus afiladas manecillas. Tenia un aroma especial, cuero húmedo y jazmín, como si alguien hubiera abierto un baúl olvidado. Cuando el reloj marcaba las ocho el aire se llenaba de cedro y violetas, tan intensas que podían tan arrancar y revivir recuerdos.
Una noche, un muchacho se quedó dormido debajo de la torre.
Cuando marcaron las tres y eran las tres, el silencio se quebró con un soplo ardiente.
El tiempo se detuvo.
Frente a él apareció una mujer con cabellos oscuros y ojos como el humo.
—No tengas miedo —susurró—, ya estamos tarde.
Yo pude haber aguantado un poco más, dijo.
Inspirado en Creed Centaurus: hecho para almas que buscan pureza en movimiento.
En la esquina de la playa con la oriental había un bar que solo olía bien los sábados en la madrugada.
Cuando Dayana llegaba.
Su llegada transformó el aire: manzana y bergamota se mezclaban entre luces y humo, mientras un hilo de lavanda parecía marcar su territorio.
Se preparaba para la noche, bailándolo entre botellas y copas como si cada gesto la convirtiera en otra, la transportara a otro mundo donde ella era también una melodía invisible. Jazmín y violeta la seguían a donde fuera.
Vainilla, pimienta y madera oscura, ella era una afirmación que nadie podía atrapar.
La ciudad respiraba a su ritmo.
Los clientes no sabían su nombre.
Ni donde vivía.
O porque se dedicaba a esto.
Pero sabían que el bar nunca sería igual sin ella.
Inspirado en Parfums de Marly Layton: elegante y cautivador, creado para almas que llaman la atención con sutileza.
En Medellín hay una cafetería que nunca abre.
Nadie sabe quién es el dueño, ni cómo sobrevive sin clientes fijos, pero a veces al caer la tarde, la suerte toca la puerta de algunos y, aquel lugar mágico parece despertar desde lo divino para refugiar almas inocentes.
Al abrir la puerta de la entrada, el aire se vuelve distinto: la dulzura de la pera en el ambiente, flor de azahar adornando las mesas y la suave brisa de la pimienta rosa reciben a los visitantes con un saludo invisible.
Los que se atreven a entrar notan que las horas se disuelven en las tazas. El aroma denso del café se entrelazaba con el embrujo del jazmín, el filo amargo de la almendra y el susurro oscuro del regaliz.
Muchos juran haber visto recuerdos ajenos flotar en el vapor de sus bebidas, como si aquel café no sirviera líquidos, sino memorias y visiones.
Y cuando la noche se estira hasta volverse eterna, las paredes del lugar exhalan un calor profundo: ligera vainilla como un secreto compartido, cedro que se enraiza en la piel, y un murmullo de madera de cashmere que se queda en la ropa como la huella de un abrazo.
Al amanecer, el café desaparece. Solo queda un rincón vacío en la calle, y quienes habían entrado despiertan con la certeza de que algo en ellos ha cambiado.
Algunos dicen que ganan valor para confesar un amor; otros, que pueden perdonar lo imperdonable.
Si algún día das con aquel café sin nombre, bebe sin prisa. No hagas preguntas. Al vaciar la taza, sabrás que afuera guardaba algo que nunca debías encontrar.
Inspirado en YSL Black Opium: adictivo y sensual, creado para almas que convierten las noches en leyendas.
